lunes, 27 de mayo de 2013

APOLO Y DAFNE, DE BERNINI


Dafne es un nombre propio femenino de origen griego en su variante en español. Deriva del nombre griego ∆άφνη (Daphne), que quiere decir “laurel”. 

“Dafne nombre mitológico de una ninfa, protagonista de un desgraciado amor con Apolo, huyendo del cual quedó convertida en un árbol de laurel”. 

“En la mitología griega Dafne era una dríade (ninfa de los árboles), hija del dios río Ladón de Arcadia con Gea o del dios río Peneo de Tesalia con Creúsa, una ninfa de las aguas que además era sacerdotisa de Gea”. 

“Dafne fue perseguida por Apolo, a quien Cupido había disparado una flecha dorada para que se enamorase de ella, pues estaba celoso porque Apolo había bromeado sobre sus habilidades como arquero, y también afirmaba que el canto de éste le molestaba”. 

“Dafne huyó de Apolo porque Eros le había disparado a su vez una flecha con punta de plomo, que provocaba desprecio y desdén. Durante la persecución, Dafne imploró ayuda al dios del río Peneo (padre de Dafne), quien la transformó en laurel, árbol que desde ese momento se convirtió en sagrado para Apolo”. 

Introducción 

El estudio sobre el sexo y la sexualidad realizada en esta edición, es un estudio que llevaron a cabo algunos Padres de la Iglesia, como san Agustín, san Pablo, Valentín y un sin número de hombres, en los primeros tiempos del cristianismo. Cuando hablamos de cristianismo no nos estamos refiriendo a la Iglesia de Roma, sino a aquel sublime ramillete de seres humanos y Hombres reales que surgieron por aquellos tiempos magnánimos, pero que desgraciadamente, la Iglesia naciente de Constantino que hizo aparecer después, como la Iglesia de Cristo, forzosamente fueron desaparecidos para implantar la infrasexualidad con todas sus secuencias que han atormentado a nuestros días presente, imponiendo las sexopatías, entre una de estas, la falsa castidad que no deja de ser un celibato antihumano, que es una clara violación de los mandatos sagrados de Dios. 

En tiempos recientes esta sexualidad que se practicó antes de la caída de los seres humanos en la generación animal, también la han enseñado los hombres de ciencia moderna, como Brown Squard, en los Estados Unidos. La enseñó el Dr. Krumm Heller, MédicoCoronel del glorioso Ejército Mexicano; la enseñó también Jung, la enseñan las Escuelas Asiáticas del Tantrismo Oriental. No es una cosecha particular del Gnosticismo; nosotros la hemos aprendido de todos esos sabios y, a su vez, se la comunicamos a usted, caro lector (a), no como un artículo de fe ni como un dogma inquebrantable. No; si usted quiere aceptarla, acéptela; si no la quieren aceptar, no la acepte. Muchas Escuelas la han aceptado, muchas Escuelas la han rechazado; cada cual es libre de pensar como quiera; nosotros sólo les damos nuestra modesta opinión. 

El sexo y la sexualidad que aquí mencionamos, algunos científicos modernos la han aceptado; como por ejemplo, la Sociedad Oneida, en Estados Unidos, que ha experimentado por largo años con la fórmula de la unión sexual de la pareja, sin eyacular el “Ens Seminis”.  Por medio de este fino artificio: “Conexión del Lingam-Yoni sin eyaculación del “Ens Seminis” (como dicen los médicos famosos: Arnoldo Krumm Heller y Brown) es posible, entonces, conservar las glándulas sexuales activas durante toda la vida. 

Esto significa que un hombre que practicara con tal sistema llegaría a la edad de noventa y cien años, todavía con capacidad para copular, para gozar libremente del placer sexual, que es un placer legítimo del hombre, que no es un “pecado”, que no es un tabú, que no debe ser un motivo de vergüenza o de disimulo, etc., sino, un derecho legítimo del hombre, es decir, de la pareja. 

En todo caso, lo interesante de este viejo artificio que constituye el Secreto Secretorum de los alquimistas medievales, consiste en que nunca llegan a degenerarse las glándulas sexuales. 

Usted, fino lector (a), sabe muy bien que cuando las glándulas sexuales se degeneran, se degeneran todas las glándulas de secreción interna. Todo el Sistema Nervioso pasa por procesos de degeneración; entonces viene la decrepitud y la muerte. 

¿Por qué existe la vejez? Sencillamente porque las glándulas sexuales entran en decrepitud. Al entrar en decrepitud, entran en decrepitud todas las glándulas endocrinas y entonces se procesa la cuestión aquella de la decrepitud y vejez. 

Pero si hubiera un sistema que permitiera que las glándulas sexuales no se degeneraran, no entraran en decrepitud, podrían conservarse todo el Sistema Nervioso en perfecta actividad y por lo tanto, no habría decrepitud ni vejez; eso es obvio…