lunes, 28 de mayo de 2012

FUENTE DE LAVAPATA

San Agustín se encuentra ubicado a 1.700 metros sobre el nivel del mar (Departamento del Huila); su clima templado-frío, ofrece una agradable temperatura promedio de 18º C. Esta zona arqueológica está ubicada en las estribaciones orientales del Macizo Colombiano, en  la región del Alto Magdalena. El territorio está enmarcado por ondulaciones montañosas y cañones profundos por donde corren ciertos ríos de  medio caudal que son afluentes del Río Magdalena, río, éste, que se constituyó en la médula de muchos grupos autóctonos, gracias al simbolismo que representó para estas etnias. 
         
Los vestigios del Parque Arqueológico de San Agustín se encuentran dispersos en una amplia extensión del departamento, y los sitios principales entre otros son: La Piedra, El Batán, La Estrella, El Tablón, La Parada, El Cabuyal, Quebradillas, Ullumbre, Matanza, el Vegón, El Purutal, Quinchanalos, El Cerro de la Pelota, Altos de los Ídolos, Lavaderos, Las Guacas. 
         
El pasado mes de diciembre (año de 2010), y  durante el mes de abril del presente año (2011), una parte del equipo de estudiosos de la Antropología Gnóstica, de la ACEGAPC. A. C., hizo una visita a este Parque Arqueológico; lo primero que impresionó a este conjunto de seres estudiosos, en cuanto a su estilo estatuario, es que ofrece en su profundidad artística un sentido gnóstico que escapa a la interpretación literal y que jamás tendrá un valor explicativo de índole intelectual materialista.  
         
El racionalismo de la Antropología Oficial que ha pretendido estudiar esta estatuaria, en vez de enriquecer el conocimiento sobre ésta, lo ha empobrecido, pues estos estudiosos desconocen absolutamente que estas esculturas se orientan a entregar una enseñanza del Ser Íntimo: es la Técnica Regia u Objetiva Gnóstica que transmite una serie de Ideas Solares portentosas, y mediante símbolos con profundidad psicológica, en silencio dicen mucho; bien saben los Divinos y los Hombres reales que “el silencio es la elocuencia de la sabiduría”. 
         
Gracias a los principios antropológicos gnósticos, el mencionado equipo, fue develando la significación oculta de cada una de estas estelas de la que ha sido considerada por muchos Adeptos Gnósticos, como uno de los libros que hacen parte de la Biblia del Arte Transmutatorio. Estas esculturas nos  trasladan en un viaje asombroso por el universo inagotable de los Arquetipos Gnósticos Eternos, que son el origen primitivo de todas las religiones del pasado, que como dijera el discípulo de Freud, Carl G. Jung, “…Están depositados en el inconsciente colectivo de la humanidad desde la noche de los tiempos, creando y determinando conductas sociales con tintes religiosos o místicos en los diferentes pueblos de nuestro mundo…”. 
         
Este grupo de estudiosos de la Antropología Gnóstica, lograron en su visita, sintetizar el alcance de estos arquetipos eternos gracias a la Gnosis milenaria que les ha servido de vehículo. Alcanzando a develarnos los prototipos simbólicos que encierran en su mutismo formidables verdades eternas, considerando que San Agustín, hace parte de la llave maestra del conocimiento trascendental diseminado por aquí, por allá y acullá, pero oculto al discurso subjetivo del “científico intelectual”.
         
En el Arte Gnóstico de San Agustín hallamos una didáctica que señala la metamorfosis de la personalidad humana en el oro del Espíritu. El Arte Gnóstico manifiesta una realidad extraordinaria, pues encierra el discernimiento de la verdadera naturaleza de las cosas y, en tal sentido, nos puede orientar hacia la posibilidad de cambiar dichas naturalezas por otras de índole superior. 
         
Nadie, hoy en día, que se haya asomado a la ventana del Arte Real ignorará que el Centro Arqueológico de San Agustín es uno de los más exaltados centros culturales que se conocen en la historia de Indo América y en el cual, encontramos una simbiosis esplendorosa de la filosofía sempiterna del Ser, con la ciencia pura,  o la Ciencia Crística, y la religión solar emanada de la Conciencia Objetiva del Ser; gracias a la Ciencia Gnóstica, el paciente lector podrá conocer muchos de los secretos o misterios esotéricos que indican que la estatuaria de San Agustín fue erigida por artífices que conocían las facultades trascendentales de la Conciencia, de aquí el motivo que ésta sea tan solemne. 
         
Para muchos, las estelas de San Agustín es algo que nuestras etnias Indo Americanas levantaron sórdidamente. Para el equipo  de estudiosos de la Antropología Gnóstica, los artistas edificadores de estas grandes obras, nunca crearon formas sin sentido. Conocían estos hombres  la “Ciencia Transmutatoria”, que es el “modus operandi” de convertir la entidad seminal en energía creadora dentro del “laboratorium” humano. Bien sabían que la religión es el proceso psicológico de religar o volver unir el alma con Dios, mediante la desintegración del Ego animal; que el Ser en sí mismo es la única existencia real, y que la mente lunar con todo su séquito de errores o pecados, es mera idolatría condenada a la “muerte segunda”; que la naturaleza tiene su parte espiritual y conocían sus diversas formas de manifestación... 
         
No exageramos en modo alguno, si afirmamos que la estatuaria San Agustiniana ciertamente es una ventana abierta hacia el mundo del “Magnus Opus”, buscado tan afanosamente por miles de personas en tiempos medievales. Lo interesante es que con ella queda comprendido el fin de asociar el Arte Gnóstico con la Ciencia verdadera del Ser, con su Filosofía y con la Religión, y lo que la hace colosalmente principal,  es la inherencia que este conocimiento, mantenido oculto para los ojos del profano y profanador, tiene para con el mundo psico-biológico del ente humano. 
         
Sencillez y mucha sabiduría plasmaron los artistas de San Agustín en sus estelas. Sencillez para mostrar que la verdad no es fruto de una mente complicada; y sabiduría porque en esos grabados no  hay nada que sea producto del azar o del capricho personal, sino fruto de una Lógica Superior que transmitieron a la humanidad, a través del simbolismo, la Ciencia Objetiva del Ser Íntimo.  
       
San Agustín siempre ha despertado la averiguación y el éxtasis de la mentalidad que se pone en contacto con sus piezas arqueológicas. Inconmensurables han sido los esfuerzos realizados  por múltiples investigadores en lo concerniente a todo ese armazón místico, filosófico y antropológico que le ha rodeado. 
         
Le ha tocado a este puñado de investigadores de la Antropología Gnóstica, descorrer un poco el velo que permite al lector la real interpretación de estas estelas que nos informan, acerca del auténtico trabajo de la Súperdinámica Sexual y de la Súper-dinámica Mental que es imprescindible realizar para llevar a cabo la auténtica Integración Positiva del Ser… 
         
Incuestionablemente, el Conocimiento Gnóstico que expresaron los artistas de estas piezas esplendorosas escapa siempre a los normales análisis del racionalismo subjetivo; el conocimiento que transmiten en estos “libros de piedras”, corresponde a un saber suprarracional que depende del Ser, y que nada tiene que ver con el intelectualismo teórico. 
         
El abismo que existe entre el conocimiento que expresa la estatuaria de San Agustín y la interpretación subjetiva que dan las mentes extemporáneas de quienes pretenden estudiarla, es infranqueable; las ideas que expresan estas esculturas, van dirigidas al espíritu vivificante, donde la razón subjetiva de los seres humanos actuales resulta ineficaz, insuficiente y terriblemente pobre. Sobre el conocimiento del Ser o de Dios y de cada una de sus partes autónomas, autoconscientes y auto-independientes, que poseían estos artistas, quedó grabado en esta estatuaria. 
         
Estas esculturas no son comprendidas por los antropólogos oficiales, por la sencilla razón que ellos cometen el error imperdonable de explicarlas por medio de datos intelectuales caprichosos y resulta que éstas, en su sentido gnóstico entrañan profundas enseñanzas que ellos se niegan rotundamente al caer en el vano intelectualismo.  
         
Los estudiosos de la Antropología Gnóstica en vez de reírse escépticos, como lo hacen ciertas corrientes pseudo-antropológicas, ante los  monumentos  de San Agustín, vemos respetuosos el Arte Regio, Objetivo; que es el Arte que deja para la posteridad una enseñanza, una doctrina que practicada conscientemente nos encamina al Ser Interior profundo… 
         
El grupo étnico que creó esta estatuaria todavía sigue siendo un enigma para la humanidad en muchos aspectos, pero la Antropología Gnóstica considera que ha llegado el momento de rasgar considerablemente su velo: siguiendo los delineamientos de esta Antropología Psico-analítica, rescatamos mucho de su excelsa sabiduría, describiendo el significado oculto de sus monumentos.  
         
Indubitablemente, quien estudie y analice  este ensayo, sabrá que la sagrada Gnosis Universal podrá informarle a la opinión pública con acierto y autoridad, sobre las culturas prehispánicas. 
         
Toca a la Antropología Gnóstica el trabajo de entregar a la humanidad luz sobre nuestros antepasados. Existe una gran diferencia entre la Antropología meramente profana y la Antropología Gnóstica. La Antropología profana o Materialista, mediante asociaciones intelectivas, saca deducciones lógicas que pueden no estar de acuerdo  con los principios esoteristas de los Indo americanos; en cambio la Antropología Gnóstica, basada en reglas precisas, en principios tradicionales eternos sabe extraer de esta estatuaria toda la Sapiencia Esotérica, Oculta o Psicológica e este legado cultural, que es un regalo para ayudar a la humanidad.  

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