sábado, 21 de abril de 2012

Arjuna en lucha contra sus propios parientes

ARJUNA, EL HÉROE DE LOS PANDAVAS LUCHA CONTRA EL EJÉRCITO KURU, INTEGRADO POR SUS AMIGOS Y PARIENTES (SUS PROPIOS PECADOS O ERRORES PSICOLÓGICOS)



Arjuna, el héroe de los Pandavas, ante la inminencia de la lucha contra el ejército Kuru, integrado por sus amigos y parientes, se desalienta y renuncia a destruirlos. Su auriga Krishna -Octavo Avatar de Vishnú- le recrimina tal proceder: para un guerrero no hay mayor bien que una guerra justa, y sería un deshonor retroceder. A continuación, le revela la naturaleza engañosa del universo, sobre la que debe imponerse el Hombre de seguro entendimiento a través de la acción, no codiciosa de los frutos.  
          
Las insondables enseñanzas de este breve diálogo -integrado en la magna epopeya Mahabharata y cima indiscutible de la literatura espiritual- culminan en la terrible transfiguración de Krishna en todo su poder y majestad, que “hasta los propios dioses desean contemplar”. Recobrado el ánimo con el conocimiento, Arjuna se dispone serenamente al combate. 
         
En esta bella alegoría, el Libro Sagrado Bhagavag Gitá nos muestra como el Ego es un conjunto de elementos negativos que debe ser  aniquilado para que surja en el Hombre verdadero su propio Ser Interior Profundo completamente transfigurado con toda su fuerza  y solemnidad. El Ego es presentado  en este Libro Sagrado como nuestros “más queridos parientes”, pues, como puede usted ver, amable lector (a), el Ego, el “Yo”, lo “que yo soy”, está constituido por una serie interminable de iras, orgullos, envidias, temores, perezas, lujurias, gulas, odios, preocupaciones, etc., etc., que es algo de nuestro gran agrado, placer y satisfacción…   
         
Estos elementos inhumanos e infrahumanos fueron llamados “apéndices” o “agregados”, por los antiguos; pues son algo ajeno al auténtico Ser del Hombre. El Real Ser es Eterno y Universal y está más allá del “Yo”  que es esclavo de sus propias 
limitaciones, del mundo, de sí mismo. El Real Ser de cada uno de nosotros cuando ha quedado libre de los innumerables y repugnantes “Yoes” que se han apoderado de Él y que lo han reducido a la impotencia, se expresa a través de los valores de la Conciencia, como un afluencia de “virtudes”: Amor, Sinceridad,  Generosidad, Justicia, Belleza Interior, Templanza, Sabiduría, Paz, Felicidad, Recto Pensar, Recto Sentir, Recto Actuar…
         
Empero, esa manifestación de la Conciencia, como puede comprobarse en la vida cotidiana, es obstaculizada por los miles de “Yoes” que condicionan su expresión. 

Verbigracia: La Sinceridad es obstruida por los “Yoes” de la mentira; la humildad está embotellada por los “Yoes” del orgullo; el Amor es sustituido por el odio; la Paz por las preocupaciones, las ansiedades y los temores, y así sucesivamente…

                                               www.acegap.org

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